jueves, 14 de mayo de 2009

RETO: UNA MUSICA, UNA IMAGEN, UNA PALABRA

AYER AL DESPERTAR

No hace ni un mes. Estaba tranquilamente en mi habitación cuando, de repente, oí un golpe en el cristal de la ventana. Me sobresalté. Esa noche estaba tan embebido en la lectura que aquel ruido inesperado hizo que me levantara del sillón de un brinco.


Me acerqué a la ventana y me asomé para ver si averiguaba a que se debió mi sobresalto. Llovía a mares. Hice un círculo en el vidrio para limpiar un poco el vaho que tenía condensado y me puse las manos a los lados de los ojos para poder ver mejor en la oscuridad. Entonces lo vi. Sobre el alfeizar había un pequeño cuerpo inconsciente. Sin duda alguna el fuerte golpe le había dejado sin conocimiento. Al abrir la cristalera y lo cogerlo entre mis manos me di cuenta de que se le habían quebrado las alas, una de sus patas también estaba muy lastimada y el resto del cuerpo lleno de magulladuras.

Durante los siguientes días intenté que se recuperará. Le vendé las alas y le entablillé la pata…a pesar de todas las atenciones no tenía pinta de mejorar demasiado. Él me miraba con esos ojillos…con melancolía. Y yo procuraba ofrecerle mis mejores cuidados.

Cuando estuvo un poco recuperado salimos al jardín, y desde allí divisábamos la vieja veleta con la silueta de un barco que colocó el abuelo en el tejado. Al verla girar usábamos su indicación para probar si era más fácil que él emprendiera el vuelo aprovechando el viento que soplaba…Un día, otro, otro, otro…y otro. No había progresos. El golpe fue tan fuerte que, por mucho que lo intentamos, las alas le habían quedado atrofiadas y sin fuerza.

Se pasaba los días y las noches mirando al cielo desde el ventanal de la habitación. Inmóvil y con la melancolía atrapada en sus pupilas. Yo dejé de sacar a volar la cometa. No me sentía a gusto y me daba la sensación de que viéndola sostenida en el aire incrementaba su pesar.

Ayer, al despertarme a la mañana, no estaba. Lo busqué sin obtener resultado. Por las habitaciones, el salón, el cuartito, el desván… Nada. Por último salí al jardín donde habíamos pasado tantas tardes y vi un agujero escavado en el suelo. Al asomarme por él no pude ver el fondo. En el borde habían dejado unas pequeñas vendas… Ante la imposibilidad de volver a surcar los cielos debió de preferir habitar en las entrañas más profundas de la tierra…




LA LLUVIA





En el ocaso de su vida quiso recordar aquel atardecer en el que todo adquirió sentido por fin.

Hastiado de un mundo que nunca le había pertenecido, tomó la decisión de huir con la esperanza de encontrarse asimismo perdido.

Y viajó a tierras lejanas donde los pájaros cantaban otras melodías, y los árboles y flores se vestían con colores que hasta entonces desconocía.

Cuántos aromas escondían sus recuerdos, y cuántas texturas en las arrugas de sus manos.

En su boca, conservaba el sabor del néctar de las gotas de esa lluvia sobre grandes hojas verdes con las que se arropaba al llegar la noche.

Y allí, en la soledad de sus sentidos, se sintió completo sin pensar en el pasado.

Ese tiempo de un pasado vacío, ya olvidado.

Y, ahora en el presente, otro pasado fugaz, y por él sentía nostalgia.

¿Recuerdas pasado aquella primera lluvia en esa tarde?

Todavía nos preguntábamos por el sentido de la vida, y fue la vida quién se pregunto por nosotros, con esa lluvia, en la amenaza de VIVIR.

Y lo gritamos ¿te acuerdas pasado? Tú más que yo retumbabas en mi mente "Quiero vivir".

Ahora tengo miedo, de perder esa lluvia.


2 comentarios:

  1. Vives por ser quién eres en el presente de tu pasado, alimentándose de la forja de la que naciste, consumandote en el recuerdo amado de tus días... eres la brisa del tiempo que nace del amanecer, el espacio que ocupa un vacío en el tiempo futuro... eres la marca de la nostalgia que otros no olvidarán, parece invitar el texto... un placer haberlo leído... este fragmento me ha sugerido... Un placer Ana Jyhael

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  2. Si, ha sido todo un placer leeros, y sentirse atrapada por el relato.

    A ver con que nos sorprendeis para la próxima, jeje. Casi ni me atrevo a preguntaroslo, porque sois un buen tánden los dos juntos.

    Un beso a los dos, al diablo y a mi luna bella.

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